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105. "Para Alcanzar la Paz, Enseña la Paz"- Juan Pablo II

Actualizado: 23 nov 2021

Tenemos influencias. Expandamos las posibilidades que ya poseemos. Reforcemos nuestra confianza conociéndonos mejor para tener mayor influencia. Seamos auténticos y fraternos. Comprendamos a los demás, especialmente a los adversarios y enemigos y encontremos soluciones para ayudarlos al mismo tiempo que nos ayudamos.


Algunos descubrimientos científicos sobre el cerebro: Cuando el cerebro no recibe datos suficientes sobre algún problema, rellena los huecos con conjeturas falsas. Asume acciones sobre el contexto socioemocional y luego inventa la información faltante y por lo general, son suposiciones casi siempre negativas. Llegan a creer que los otros tienen peores intenciones de las que en verdad poseen.


La empatía para la convivencia gobierna al cerebro social según la neurociencia. Inspirar a los demás con bondad, sirviendo al bien común, es cuando logramos mayor influencia en los demás.


Chade-Meng Tan en su libro de Google, Busca en tu Interior, comparte que “el impacto no siempre es la intención.” Cuando nos sentimos atormentados por algún comentario que alguien hiciera, tendemos a creer que su intención era perjudicarnos. Suponemos que el impacto que nos produjo fue su intención.


Meng Tan también dice que “nos juzgamos a nosotros mismos por nuestras intenciones y a los demás por el impacto de sus acciones.” Al desconocer las verdaderas intenciones del otro subconscientemente las inferimos según sus consecuencias. Una manera de resolver es compartir el impacto de sus acciones, pero sin iniciar una contienda.


Otra consideración clave en situaciones difíciles es que existen problemas de identidad. Siempre ocultos, sin mencionar, pero dominantes. Las preguntas clave que surgen son si me abro para dar algo: ¿Me querrían igual, valoran mi existencia, soy competente, soy digno de respeto y amor? Es importante sacar a relucir el tema de identidades desde temprano, al inicio de una conversación compleja, eso despeja el camino que se desea seguir.


Si queremos la paz, encontrémosla en nuestros corazones primero, reforcemos nuestra confianza reconociendo que no somos poseedores de toda la verdad, que para crecer hay que abrirse al entorno, usar nuestras influencias siendo auténticos, fraternos y, ante todo, alertas, atentos, a los acontecimientos del presente si queremos un mejor futuro.


También podemos comprender que debemos de dar primero para recibir lo que amamos.


La empatía para la convivencia gobierna al cerebro social según la neurociencia. Inspirar a los demás con bondad sirviendo al bien común, es cuando logramos mayor influencia en los demás. Tener un liderazgo así genera confianza, inversión y desarrollo.


Expandamos las posibilidades que ya poseemos. Reforcemos nuestra confianza conociéndonos mejor y usar nuestra influencia, siendo auténticos y fraternos.


Comprendamos a los demás primero y después damos a entender lo que queremos, eso magnifica la receptividad de tu poder para influenciar, especialmente a los adversarios y enemigos y encontrar solución(es) para ayudarlos al mismo tiempo que nos ayudamos, procurando alianzas para convivir.


De esta manera alcanzamos la paz, mostrando la nuestra primero.


Carpe diem


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© 2020 Alejandro Bolaños Davis
 

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