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57. La Ley de la Finca — cosechamos lo que sembramos

Conversando con unos amigos de una empresa agroindustrial sobre principios sólidos, durante un taller de liderazgo hacia un cambio de cultura, con quienes tuve el honor de facilitar, emergió la metáfora de la Finca que ahora explico.


La naturaleza y sus leyes son un punto central de referencia entre pensadores y escritores. Dice Steven Covey con toda razón, que “procrastinar y tratar de hacer las cosas en último momento no sirven para nada frente a La Ley de la Finca y la Cosecha” (Liderazgo Centrado en Principios). Eso lo sabe cualquier campesino y sin escolaridad. Los ciclos de la naturaleza son inviolables. Violentarlos tiene consecuencias negativas, no importan las buenas intenciones ni los grandes esfuerzos.


Según esta Ley de la Finca uno debe preparar el terreno: deshierbar, limpiar, abonar, regar, y luego siembra la semilla. Y continua el desherbe, limpieza, control de plagas, regar, abonar, y luego cosechar oportunamente. No puedes saltar pasos, ni acelerarlos ni retrasarlos, frente a los ciclos de la naturaleza - ella no te espera.


Igual sucede si deseas fortalecer a tu familia, o sacar a tu empresa, o al país adelante. No hay atajos en la Ley de la Finca. No hay éxitos instantáneos, ni formulas mágicas.

La Ley de la Finca es la que manda. Las leyes naturales y los principios universales determinan el éxito. Entonces, que sean éstos los que estén al centro de tu vida y de tus relaciones si deseas crecer con éxito.  De esta manera lograrás una “mentalidad de abundancia” en vez de escasez dice Steven Covey.

La mentalidad de abundancia, ganar-ganar es una creencia profunda de que hay para todos. Puedo lograr mis sueños y ello no significa que otros deben fracasar. Y viceversa, el éxito de otros no es derrota para uno. Hay para todos, la vida no tiene que ser suma-cero. Come y comamos es la actitud correcta. Comamos todos, con apertura, confianza, dando primero para recibir, viviendo y dejando vivir, en unidad dentro de la diversidad. Dejar de ser competencia de otros y ser colaboradores de su éxito. No ser posesivo sino creativo de nuevos horizontes donde todos ganamos.


Lo anterior demuestra a un líder bien centrado, que afila su machete cultivando espíritu, mente y cuerpo, con mucha seguridad interna, independiente, y no sujeto a rankeos, o lugares en una lista, y sin envidias de los éxitos de otros.


Estos líderes son creativos y apoyan a otros incluso anónimamente, sin esperar nada cambio mas que el placer de ver a otros crecer, llenos de empatía y en convivencia.


Los líderes saben aprender continuamente frente a los cambios acelerados en la tecnología. El cambio es una constante, el nuevo orden suplanta al viejo orden, si nos amarramos al viejo orden, mas temprano que tarde vencerá lo nuevo sobre lo viejo.


Hasta la naturaleza aprende. Los insectos aprenden a vivir con venenos mas poderosos, las plantas aprenden a ser mas resilientes frente a la adversidad. Los animales desarrollan nuevas capacidades para enfrentar el cambio o perecen. Así funciona la realidad.


Veamos nuestra vida como una travesía, el éxito depende del aprendizaje. Un cambio rápido requiere de aprender rápidamente. Los grandes ganadores son los desarrolladores de conocimiento y de información que facilita ser líderes en los procesos de cambio.


Uno debe aprender de sus éxitos sin que éstos te atrapen. Igual a como uno debe dejar fluir sus pensamientos sin apego a ninguno para poder tener libertad de escoger siempre lo nuevo bueno cambiante sin apegos.


Lo que aprendiste para llegar a donde estas ahora, no te llevará hacia donde quieres estar mañana. Las circunstancias cambian. Si no cambio me quedo atrás. Lo que me ayudó a tener éxito como gerente de una empresa, no me ayudará a ser un buen presidente del país. Debo aprender otras cosas para tener éxito. Dejar de aprender es dejar de crecer y un buen líder nunca deja de crecer. De otra forma no es posible cambiar comportamientos.


Un buen líder que apoya a otros a ser líderes, deja de controlar las reuniones y las decisiones. Sabe escuchar con empatía, hacer las preguntas clave y pide las ideas de otros. Deja de micro-manejar las cosas y sabe delegar poder con responsabilidad y con exigibilidad.


El líder efectivo sabe manipular la cultura cuando es disfuncional y ayuda a desaprender y a aprender nuevas suposiciones que faciliten el logro de las metas de crecimiento, aprendizaje y convivencia. Todos esto, aplicando Ley de la Finca: no puedes saltar pasos, ni acelerarlos ni retrasarlos, frente a los ciclos de la naturaleza - ella no te espera.


Los líderes trabajan con los aspectos de la psiquis que se encuentran sumergidos en el témpano de la inconsciencia para hacerlos conscientes y parte del diseño estructural de los nuevos cimientos componedores de la cultura renovada que enfrenta los desafíos del presente.

    Como dice el Popol Vuh, "no juntamos nuestra ideas sino nuestros propósitos y después decidimos."   

El líder facilita cambiar el modo de conversación, donde no tenemos tiempo de escuchar, siendo diplomáticos, debatiendo y repitiendo como lora lo que ya sabemos, hacia otro de escuchar, hacer acto de presencia y hasta soñar un poco conectando las emociones con empatía.


El buen líder nunca habla mal de nadie, sabe amar a su enemigo, quien se convierte en maestro puesto que exige lo mejor de uno. Por ende, sabe perdonar, liberar el corazón de emociones tóxicas que ensarran el alma , llevan al conflicto, guerras y muertes.


El buen líder, aplicando los principios de la Ley de la Finca, es un arquitecto de paz y convivencia.



Campe diem


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