59. La Banca y la Ética.
- Alejandro Bolaños Davis

- 14 feb 2021
- 3 Min. de lectura
Sentir por los demás es empatía – es un sentimiento positivo. Lo opuesto a la empatía es la antipatía-- un sentimiento negativo. Las actitudes empáticas siempre tratan de juicios morales. Estos dilemas morales implican que existen damnificados o perdedores potenciales:
¿Debemos ignorar a todo un sector económico de pymes sediento de créditos, y mantener un negocio descremando únicamente lo mejor con las grandes empresas?
¿Debemos modificar el sistema en la banca para facilitar prestamos de menor interés y así reducir el sufrimiento de miles de personas para que sí puedan adquirir fondos?
Recordemos que la banca privada, no obstante, maneja fondos de individuos y/o organizaciones privadas y rinde debidas cuentas a sus dueños, también cumple un servicio público al recaudar y/o prestar dinero requerido por las personas y organizaciones para el desempeño de la actividad económica del país dentro de un marco de exigibilidad.
Según Daniel Goleman en su libro, Inteligencia Emocional, existe abundante evidencia de que el nivel de empatía indica el nivel de moralidad. Las raíces de la moralidad se encuentran en la empatía y la compasión. Ponerse en el lugar del otro enseña ciertos principios de moralidad.
Estudios en Alemania y Estados Unidos sobre la empatía y la ética, encuentran que a mayor empatía mas se valora el principio de que los recursos deben ser distribuidos de una manera mas adecuada a las necesidades de la población.
Las personas sin empatía y sin compasión tienen la mente moral de un sociópata (Goleman). Es una inhabilidad de sentir el sufrimiento de sus víctimas. Sabemos no es éste el caso de nuestros banqueros nicaragüenses a quienes conocemos y sabemos que son personas inteligentes con corazón.
Nuestros banqueros son muy competentes. Son empresarios profesionales que han demostrado poder subsistir y sus dueños ganan mucho dinero. Han sabido prestar recursos oportunamente en coordinación con la política económica del Banco Central y el Estado. Su presencia y poder ha sido elemental para nuestro desarrollo económico y su bienestar personal.
Ahora, es momento de reflexionar por la capacidad económica de nuestro país golpeado por pandemias, dos huracanes y un intento de golpe de Estado fallido, y apostar por una convivencia nacional que contenga equilibrio macro financiero y carácter moral.
Es momento de contribuir con buena voluntad, y sin mermar sus ganancias en comparación con los otros países de la Región. Aun con intereses en el orden de un 7% -- 8%, en cordobas sin mantenimiento de valor, tendrían una rentabilidad similar al resto de la Región. Ahora es la necesidad de atender a los mas pequeños y medianos empresarios, con intereses razonables, que permitan poder pagar, y así, ayudar generar empleos y crecer.
Es imperioso ser mas diversos con la cartera de clientes y ver con empatía la necesidad, y con la razón, la capacidad de pago de un cliente potencial con un negocio nuevo.
Podemos eliminar de nuestra mente el estereotipo que las pymes son mala paga y ayudar a que sean buena paga, prestándoles lo que necesitan tras una buena selección de los prospectos, para tener éxito, y asegurando que tengan asistencia técnica y financiera. Requerimos de una banca que fomente los pequeños negocios privados y que sea generadora de empleos y crecimiento.
Necesitamos leyes que valoren nuestra diversidad. Las culturas de las empresas deben enseñar actitud de respeto libre de prejuicios de todo tipo: racial, género, ideológico. Sin discriminaciones ni insultos por mas leves que sean.
Requerimos leyes que contengan el espíritu y la práctica de la empatía, que valoren la inclusión de los mas desposeídos en la actividad económica del país.
Imaginarte estar dentro de los zapatos del otro y enterarte de la emoción que te produce vivir esa vida de la otra persona, te ayuda a generar empatía. Cuando empiezas a sentir lo que sentirías si tuvieras que hacer todo lo que el otro hace para subsistir, te ayuda a sentir compasión.
Independientemente de lo frío que pueda ser el dinero, estamos seguros que el corazón de los banqueros nicas está bien puesto, y que estarían todos mas que dispuestos a resolver en una negociación o diálogo esta apertura que tanto necesita el país para convivir.
Ya vendrán otros tiempos de vacas gordas en los que se puedan beneficiar mejor y en particular si logran establecer ahora las mejores relaciones de confianza con sus clientes.
Esto último es lo que mas necesita el dinero, esa actitud positiva y calor humano hacia las necesidades de la gente.



Cree usted que son empático, no soy quien para criticar ni condenar porque talvez haría lo que ellos mismo hacen. Pienso que solo son unos buitre en busca de mas presa.
Un interesante enfoque de la inteligencia emocional, la ética moral, empatía y compasión vinculada a la forma de gestionar negocios. Hay puntos que conversar. Felicitaciones y abrazos fraternos. Paz y bien. 🙏
Sigo de cerca tus Blogs... que para mi no lo son. Para mi son Reflexiones que disertan sobre un tema Humano-económico-político-social.
Te felicito y admiro!