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66. Nuestra Cultura Política

Es imposible cambiar nuestra cultura política patrimonialista, corrupta hacia un republicanismo democrático, si antes no despertamos el substrato semi-consciente para que transforme esa parte semi-inconsciente de nuestra cultura política heredada.


El transcendentalismo,“ser exagerado y rimbombante”, en declaraciones acciones políticas, existe, según el Dr. Emilio Álvarez M., en su libro Cultura Política Nicaragüense, página 109, señalando a Raymond Duncan y también a Manfred Mols; éste último agrega, que por ello es difícil conocer las intenciones inmediatas y concretas de los líderes con los pies sobre la tierra, creando así inestabilidad, inseguridad desconfianza. Descuidamos el “aquí y ahora”, no utilizamos la ciencia por atender lo mágico, lo transcendental.


Nuestro patrimonio político es expulsionista, desde la descalificación e inhibición, hasta la violencia extrema en la lucha por poder. En ocasiones se producen acuerdos, pactos, buscando soluciones constitucionales bipartidistas y gobernabilidad. Algunos acuerdos fueron buenos como el de 1858 y otros fallidos como el Kupia-Kumi que produjo otra guerra civil y continuación de la dictadura de la familia Somoza.


En la geopolítica de hoy, gigantes como los EE.UU, la UE, Rusia, China, rivalizan sobre nuestro territorio, queriendo aprovechar el control del canal interoceánico y las reservas de agua en nuestros lagos; pues es lo mejor que tenemos.


La Cultura Política Nica paternalista-divisionista, cortoplacista y corrupta heredada de la Edad Media española, se acomoda mejor al socialismo, a la benevolencia del capitalismo de Estado, las dictaduras y caudillos, que, al republicanismo-democrático. Este último, requiere antes de una transformación del substrato semi-inconsciente, lo cual debemos hacerlo con consciencia-plena para cambiar sostenidamente los supuestos básicos de nuestra cultura política; o sea, para cambiar esa herencia patrimonialista. De otra forma sería insostenible, solo estaríamos imitando como loras parlanchinas.


Para una buena parte de nuestra población mestiza, criolla y afrodescendiente, es parte de su naturaleza psicológica o neuronal el patrimonialismo en contraposición a la democracia. Esta requiere de valores que aun carecemos: respeto por la ley, confianza, tolerancia, derecho disentir. Debemos antes aprender para aprehender con éxito los valores de la democracia. Esa falta de integración y estabilidad radica en la “presunciones primordiales”heredadas, ver a Edgar Schein 1988.


Consecuentemente a lo dicho, lo que podemos esperar, como atraído con imán, es otro pacto y/o acuerdo entre el FSLN/DOS por un lado con el gran capital/COSEP-AMCHAM mas la oposición política por el otro, para convivir y salir adelante. Este tipo de solución ha sido y sigue siendo consecuente con nuestra naturaleza política. Esto sucederá más probablemente después de las elecciones del 7/11/21, gane quien gane.



Carpe diem


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© 2020 Alejandro Bolaños Davis
 

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