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70. La Honorabilidad Genera Poder.

Es deseable que nuestros líderes, candidatos, presidentes, servidores públicos posean un carácter centrado en principios éticos y morales.


El líder coercitivo no tiene soluciones de desarrollo, sino más bien, su capacidad es netamente reactiva, busca eliminar iniciativas o acciones que rivalizan con su poder.

Los líderes autocráticos y coercitivos, pueden cambiar siempre que se comprometan a largo plazo con un estilo de poder centrado en principios éticos y morales. Mientras sea así, más respetado y honrado será y tendrá mayor legitimidad. La honorabilidad genera poder.


Steven Covey en “Principle-Centered Leadership”, menciona diez procesos que guían hacia un liderazgo de principios que se pudieran practicar para ser un líder político honorable.

1. Persuasión, es tener capacidad de mantener argumentos sólidos y decirlo a otros de forma que sea bien recibida y hasta agradecida. Lo dice con respeto hacia las ideas de otros.

2. Paciencia, independientemente de los obstáculos, atrasos, resistencias, siempre mantener la calma, controlando las impaciencias de lograr sus metas.  Siempre comprometido con una perspectiva de largo plazo.

3. Consideración, sin forzar y sin asperezas frente a las vulnerabilidades, confidencias y sentimientos de los demás.  

4. Receptivo, a aprender de otros, abierto a aprender de los demás. Nunca posee la verdad absoluta.

5. Aceptación, de las ideas de otros, retrae sus juicios, da el beneficio de la duda.

6. Cariñoso, sensible al dolor, recuerda pequeñas cosas en sus relaciones.

7. Abierto, aprende información de calidad y las perspectivas de otros, de sus intenciones, sueños, valores, con consideración, para apoyarlos, incluirlos en su agenda, sin egocentrismos.

8. Enfrentar con compasión o calor humano, los errores de otros, procurando siempre que corrijan su errores y comportamiento y que asuman el riesgo de cambiar por su bien.

9. Consistencia, con su autenticidad. No manipula, sino que es una manera genuina de ser, su código ético personal, así es su voluntad con la que forjó su carácter.

10.Integridad, honestidad y congruencia entre palabras y emociones con pensamiento y acciones, sin malicia ni oportunismos, siempre por el bien de los demás, sin afán de control.

Un líder centrado en estos principios tiene capacidad para manejar el poder de forma que verdaderamente ayude a los demás. También, su liderazgo se potencializa con el poder. El poder no lo marea, no lo desorienta, no lo corrompe. Sabe cumplir.

Analicemos ¿Cuáles son sus intenciones, su capacidad para interactuar con los demás, su historia de interacciones? Sepamos escoger a nuestros líderes.


Todo esto nos lleva como habitantes de ésta sagrada selva en la que vivimos, o nación, hacia una convivencia creativa, generadora de empleos y bienestar social.



Carpe diem



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© 2020 Alejandro Bolaños Davis
 

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