103. ¿Quién soy?
- Alejandro Bolaños Davis
- 7 nov 2021
- 3 Min. de lectura
Produzco pensamientos, pero soy más que mis pensamientos. Reconozco que experimento sensaciones corporales mas no conozco bien mi cuerpo. Aunque soy más que mi cuerpo. También, siento emociones que no comprendo sobre las cosas y otros cuerpos vivos que me rodean, que desconozco. Yo no soy esos otros cuerpos que me rodean, y soy más que mis emociones. ¿Entonces? No soy mis pensamientos ni mis sentimientos y emociones, por lo tanto ¿quién soy?
¿Quién soy yo? ¿Soy el que piensa y siente, o el que se observa a sí mismo en su pensar y actuar? ¿O ambos? Si es esto último, el yo integrado, requiere de una habilidad o destreza de conciencia que radica en la observación auténtica de sí mismo observándose para descubrir nuevas dimensiones de crecimiento de la consciencia humana que integra la mente y el cuerpo, la razón con el corazón.
Es una habilidad de abrirse uno internamente para descubrir un nuevo mundo lleno de posibilidades y oportunidades en el entorno que lo autentican sirviendo a otros necesitados, a la par de su desarrollo como ser humano.

¿Cómo me veo cuando me observo? ¿Qué me gusta y qué repudio? ¿Cómo me siento cuando me observo a mí mismo? ¿Soy enjuiciativo, imparcial, acepto lo que me incomoda? ¿Me alejo o acerco a lo que me incomoda?
¿Puedo observar y ver con mayor claridad el/mi lenguaje corporal, las sensaciones y emociones, y los/mis pensamientos de la mente?
Expertos recomiendan procesos repetitivos consistentes del nuevo comportamiento o actitud, y de auto-observación imparcial, para lograr cambios y formar nuevos hábitos.
Me doy permiso para dejar pasar, como las nubes cruzan el cielo, y sentir la incomodidad de un pensamiento, al que le pongo su nombre. Estos no viven en mi cerebro. Aunque aparecen en el instante que vivo en el presente. Luego los invito a salir de mi mente con un simple chasquido de mis dedos, sin dejarme atrapar por ninguno de ellos.
Los pensamientos y las emociones incomodas las investigo con apertura y curiosidad. ¿Dónde, cómo, con quién, aprendí a sentir así? Examino la emoción con cortesía y curiosidad, le digo su nombre y reconozco que el miedo es parte también de ese tejido que sustenta a la ira, al odio, la impotencia, resentimientos, y más.
Hago esas emociones visibles y comprensibles para mí con desapego, sin identificarme con ellas. Así, las desmitifico para disiparlas y cancelar el “proceso en automático” que controla la mente que pudiera causar problemas. Supero esas barreras, me libero de las dificultades y con serenidad abro una puerta a la compasión conmigo mismo, con los demás y con la vida en la naturaleza y mi entorno.
Descubro que no puedo controlar mis experiencias, pero sí puedo transformar mi relación con ellas, y esto lo cambia todo completamente. Mi mente cambia, mira diferente y todo el mundo cambia para mí.
Dice David Bohn que el pensamiento pareciera informar objetivamente pero que en verdad estás sesgado distorsionando la percepción de forma desconcertante. Para corregir esta distorsión se requiere de la propiocepción, o sea, la percepción inconsciente de la posición y movimientos del cuerpo, o la autoconsciencia.
Esa autoconsciencia es una habilidad biológica del cuerpo que no posee la mente. “Si nuestro cuerpo actuara como la mente sin propiocepción nos quebraríamos los pies cien veces o más durante la vida”. David Bohn.
Los movimientos físicos no coordinan con la razón inconsciente que piensa caóticamente, en desorden y a toda velocidad. Esa ‘consciencia- plena’ o mindfulness es la propiocepción psicológica que ayuda a corregir las consecuencias involuntarias que nos produce la compulsión y automaticidad del proceso de pensamiento – estos son descubrimientos Neurocientificos muy parecidos al pensamiento budista.
Entonces, ¿soy el que piensa y siente, con capacidad para verme a mí mismo viéndome pensar y actuar -- y de observarme haciendo lo anterior sin juicios, para ampliar mi autoconocimiento sobre mí mismo?
Cada uno forja su identidad, ese será su yo auténtico, su razón y su corazón, que procura integrar en su consciencia-plena como ser humano, para individuarse, transcender y hacer volar sin límites su máximo potencial -- siempre y cuando practique la reflexión/meditación, y la autocritica constructiva. De otra forma, uno solo resulta ser producto de sus hábitos y adicciones.
Espero que el haber compartido este aprendizaje sea de su utilidad.
Carpe diem
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