73. ¡Seamos Libres!
- Alejandro Bolaños Davis

- 18 abr 2021
- 3 Min. de lectura
Mientras construyamos una realidad siendo selectivos y excluyentes, menos posibilidad de ser libres tendremos.
El mundo, continúa atrapado por la adicción al egocentrismo-materialista que esclaviza a la psiquis humana, adicta a la repetición y los placeres, esto la discapacita, la duerme y se confía “sobre sus laureles”, deja de afilar su machete o deja de razonar correctamente y la obsolescencia llega en un dos por tres. ¡Zaz!
Hemos dejado de crear nuevas categorías de pensamiento o innovaciones para los nuevos tiempos, que rindan frutos sobre la moral y la cívica en los colegios, hacia la creación de relaciones de cooperación, confianza y trabajo en equipo. Nicaragua es un solo equipo como país, entre los nicas no puede ni debe haber divisiones mezquinas que dañan a la gente y al país.
¿Estamos repitiendo la historia fratricida y ahondando aún más en la cultura política adicta a los “atajos”, a la mediocridad, el oportunismo y la corrupción? ¿Es la cultura política amoral, sin ética?
La herencia colonial maquiavélica de la lucha por el poder, sigue controlando la psiquis del político nicaragüense desde la colonia, con algunas excepciones como: el gobierno Chachagua entre M. Jeréz-liberal y T. Martínez-conservador en 1857, después de sacar al W.Walker y de cara a una Nicaragua destruida. Luego con la UNO que en 1990 derrotó al FSLN-- inesperado para éste último --y al gobierno de Doña Violeta que concertó en su discurso un mismo camino de paz y reconciliación entre todos los nicaragüenses.
Esta reconciliación entre ambos bandos aun existe entre muchos ‘combatientes retirados’, que ya son mayores, mas no duró, no se traspasó a las nuevas generaciones, solo entre los que la vivieron. Las nuevas generaciones desconocen esta experiencia.
Ahora, pareciera que desde el mismo infierno espían a la población “almas en pena” atormentadas por sus deseos de venganza, sus crímenes y apetitos malignos frustrados, para llenar las mentes de los vivos con sus prácticas foscas. ¿Es una maldición de país como dijera antes Roman Roman en su libro? ¿Una cuenta pendiente? ¿Una deuda cultural muy sangrienta que se está pagando? ¿Será esto El Karma que se vive?
Las experiencias infernales no dependen de la muerte física, mucha gente ha visto al mismo satanás persiguiendolas en sus sueños, en su imaginación, incluso sufriendo posesiones diabólicas que requieren de exorcismos. Existen en la mente, en el alma de los vivos en las culturas conocidas del planeta. Son imágenes transversales primordiales de la mente humana que todos conocemos. Ahora bien, La mente cuando es impactada con imágenes no sabe si es real, cierto, o no. No distingue.
En esta cultura primordial no resulta obvio que se cumpla decir: “cosechas lo que siembras”. Muchos macho-ratones en todos los sectores de la sociedad se salen con la suya en esta vida. No sembraron, o sembraron destrucción, y se llevan lo que se puede que otros sembraron. ¿Seguramente el karma, o la deuda, la pagarán en el más -allá?
Una persona madura para la política, correcta, no tiene deudas pendientes, es honrado, sincero, se auto-valora como individuo con dignidad, opera desde el amor a los demás y acepta críticas para aprender sobre sus áreas a mejorar aceptando la verdad, aunque duela, y siempre, lleno de reverencia frente a lo sagrado. Además, muestra gratitud, aprecio por su entorno y todo lo creado, y también, enfoca su energía en lo positivo, creativo, constructivo, haciendo alianzas y acuerdos ganar-ganar.
Tarea pendiente es asumir responsabilidad y elevar nuestro nivel de consciencia. El infierno se lleva dentro de uno, es el dolor o martirio que acarreamos o/y el castigo que se cree merecer. Lo peor de una cultura política es que haya auto-engaño, es que la situación está tan “enchibolada” que se termina creyendo lo que se piensa, se dice y se hace inconscientemente como la verdad, siempre se dice: “la culpa la tiene el otro, los demonios son aquellos”, cuando en verdad la realidad debe verse de otro modo, en lugar de “ver la paja en el ojo ajeno verse uno la viga que carga en el suyo”. La sanación o transformación para ser libre, siempre debe suceder desde el interior de cada persona.
Dejar de cargar a las “almas en pena” con codicia y deseos de venganza es otra tarea pendiente en una cultura política primordial de lucha por el poder, y así, erradicar de nuestra psiquis esa maldición de la era colonial y sanar -- aprender a ser positivo, propositivo. También, perdonarte y perdonar a los demás sus ofensas, siempre decir la verdad para no tener ataduras y poder ser libre -- sin deudas que se cargan en el alma. ¡Seamos Libres!
¿Sería esto un verdadero milagro?
Carpe diem
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Grandiosas reflexiones, hagamos prácticas.